La miro, me mira, nos vemos, nos vamos,
de la mano, tu mano, suave y a la vez firme.
El bar de siempre, el café habitual,
tan aromático el, tan fascinante y oportuno,
en las conversaciones, incluso en las miradas,
incluso en los besos que saben a ti y a café.
Tú y yo y un café, luego solo quedamos,
tú y yo, nosotros, maravillosa realidad indiscutible...
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