Me gustan los hogares felices, con normas, horarios, orden, respeto, entusiasmo, alegría... si todo esto se hace con naturalidad, como algo habitual y rutinario que no sólo no supone esfuerzo sino que contribuye eficazmente a una perfecta convivencia social. Y lo más bonito y curioso es que parecen actuar con gestos automáticos, gestos accionados desde un corazón noble y feliz que lo es todavía más de ver que hace felices a los demás. Me gustan los hogares felices donde reina la paz y el amor es la base de todos los movimientos con naturalidad...
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