El placer de la esperanza, aquel bienestar instalado...
en el proyecto consciente y positivo de los ciertos del alma,
a veces es una forma de vida que se prolonga en el tiempo,
sin prisa, a la espera que maduren con calma, esencias sinceras.
No, el odio no es la antesala del amor,
lo es la esperanza de quien no desespera...
de sus ciertas y eternas verdades.
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