Siempre estoy impregnado de tu proximidad...
que huele a limpio del mar de las algas y el yodo,
del bosque del romero en flor, lavandas y tomillos,
de las noches sin luna ni nubes para ver las estrellas
que son guiños de la gente que nos quiere y espera.
Qué tiempos aquellos en que las rosas olían a rosas,
no como ahora que sólo conservan la belleza,
qué tiempos aquellos de primera primavera,
con perfume natural, acariciando todas las estaciones.
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