Y en el paseo por la Pineda, jubilados de buen ver, haciendo piernas, moviendo el corazón. Muchos sacan a los perros, los cuales se saludan efusivamente, algunos demasiado, pero hay tiempo para deshacer entuertos y educarlos, todo el tiempo del mundo, son jubilados… Me hacía ilusión tocar el agua, acercarme a las olas, pero había mucho tramo de arena y he desistido. Ya estamos en casa, Teresa en la cocina... promete, es un seguro de que algo bueno se trama.
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