diumenge, 26 de maig del 2019

Piden limosna

Tiene sonrisa de ángel, no sé si caído, pero sus ojos brillan desde muy adentro, su actitud es de un silencio suplicante, su ropa raya lo harapiento y, pese a todo, su dulzura es manifiesta. A su lado, tendido, sumido y amoroso, hay un perro negro, de mirada indefinida, pero igualmente dulce, como un mimetismo perfecto con su dueña. La imagen es tierna y cruel a la vez, piden limosna en la puerta de un mercado… nadie les hace ningún caso.

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