Me gusta mirar el mar, de lejos,
y me extasío y pierdo toda noción del tiempo,
luego y de manera casi inconsciente,
me acerco hasta mi peñasco habitual,
allí ya huelo y divisó la paz azul de siempre,
finalmente y como atraído por un imán,
me veo pisando la arena, mojándome los pies
...en los últimos suspiros de las olas.
Cuando llego a casa...
mi beso tiene sabor de sal al sol de mar.
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