Su mirada no salió del frío...
ni vino en coche nube de un cielo de esparto.
Su mirada no apareció incrédula en un mar de sonrisas,
ni tampoco en una explosión de esperanzas perdidas.
Su mirada no atravesó un bosque de pinsapos,
ni se reflejó en el mar de los encantos perdidos.
Su mirada no me impactó como una lluvia sin paraguas,
simplemente, estábamos allí, mirabas intermitente,
lo hacías bonito, suave, intenso, dulce…
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