Observo la majestuosidad de mi pino,
es el orgullo del vecindario,
sus hojas afiladas parecen aptas...
para interpretar melodías de violín,
huele a bosque, cobijo de ardillas,
a soledad de hermoso aroma
donde se pierden las parejas
en busca del abrazo íntimo, limpio,
en la puesta del sol…
Observo mi pino, lo planté yo,
ya ha llovido desde entonces,
de su ramaje ya se escucha...
el piar de la alegría en trinos.
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