Hay días que uno se encuentra receptivo y comunicador,
y se abre a los llamados del alma, y va a ver el mar,
y se colma de azules con destellos de cielo,
y huele la hierba fresca del bosque cercano.
Hay días en los que a uno le afloran...
los mejores ciertos de sus íntimos instintos,
y busca en la naturaleza, entre el baile de las hojas...
y el cantar de los gorriones, un interlocutor, con el mar de fondo…
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