Frío, calculador, sádico… mejor sano, prudente, razonable. Para conocer a las personas, hay que tratarlas, gozar o padecer su proximidad, vivir de cerca los avatares de la vida. No es justo juzgar a la gente por su aspecto, o por pertenecer a un determinado rango social, todo el mundo tiene derecho a brillar en el sol, después de una regeneración, e incluso viniendo de la marginación más explícita. No juzgues y no serás juzgado, ¿verdad?
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