Aquel tiempo en el que me conformé con mirarte
como aquel que contempla el brote maravilloso de una orquídea.
En silencio, casi escondido en la maleza,
pude ver el despertar de las primicias,
la eclosión de las esperanzas con el multicolor bullicio de las flores.
Mientras, tú crecías, como la que no hace nada, una belleza en sí,
una hermosura con la que sueñan los pintores del sentido,
...la explosión de una delicia.
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