La Teresa y yo nos hemos permitido el lujo de tomarnos unos callos, en el bar de los Maños, un vinito tinto, unas aceitunas negras, unas almendras y avellanas y un buen café. Genial… es de aquellos pecados veniales, porque no abusamos de ellos, y mortales de necesidad, al degustar el placer natural de tan rica y bien condimentada vianda. Después hemos ido a andar una hora para hacernos perdonar. Hoy no comemos, quizá alguna fruta...
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