En mis tiempos de profesor, una de las cosas que hacía con un cierto interés y profesionalidad, era cuando tenía que poner las observaciones, que poníamos junto a las notas numéricas. Había una que me llamaba mucho la atención, y cuando podía ponerla a alguien, por merecimientos demostrados, me sentía muy feliz. La frase tiene su aquel, sobretodo aplicada a un niño de cuarto de primaria, dice así: “Es metódico, ordenado y previsor”. Casi nada, ahí queda eso, era el máximo de reconocimiento, y si iba acompañada de bondad y nobleza, pues teníamos al alumno ejemplar…
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