los pies pisando olas...
que no se cansan de acariciar.
Pienso en la brisa suave,
en el sol prudente de la tarde,
en tu mano compañera,
tu sonrisa cómplice,
tu silencio acogedor,
que nos conduce, sin prisa ni destino,
a los espacios paz de cualquier parte.
Pienso que no pienso, que discurro...
por la esencia natural de la existencia,
contigo claro, contigo siempre...
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