Una buena siesta a buena temperatura,
y tu a mi lado, sin plazo ni prisa…
Un refresco con sonrisa, un flan de café,
un café corto para seguir...
con las esencias aromáticas del placer.
Un amanecer pausado, para no desperdiciar
instantes del vuelo pareado.
Un deambular por los destinos,
cambiando de jueces a nuestro antojo,
como los gobiernos corruptos,
pero nosotros eligiendo a los justos,
y sentirse limpios e invencibles,
porque el amor, alguna vez, no es ciego,
y va con la verdad por delante,
y no hace falta cambiar nada,
porque es la misma luz la que llueve
en el caluroso mes de los inventos...
y supuestos entuertos.
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