Suelo hablar, a veces, del ajetreo de las mariposas,
cuando el corazón se muestra tocado pero no hundido,
pero tampoco estaría de más contarles...
del hormigueo en la piel, como si de cada poro,
saliese un suspiro musical,
de una afinidad que ya llegó al alma…
Hay momentos en que la autenticidad transcurre
entre vuelos de mariposas y hormigueos en la piel,
como expresiones de un corazón...
que vive la fiesta de su amor.
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