El poeta habla de vientos, tempestades y lunas muertas,
habla del vacío y del olvido, de las hojas secas, muertas,
del silencio con lágrima de pena absoluta, profunda,
por un amor imposible que nunca se dio.
A este poeta no le importa que no se acelere el amanecer
porque relata la tristeza de la incoherencia más persistente.
De todas formas, pese a todos los pesares,
al poeta siempre le queda algún resquicio,
alguna fe en el renacer de la esperanza…
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