Observo las cristalinas gotitas de miel en los higos verdes de la higuera de mi padre, però también hay gotitas acristaladas en las rosas blancas del jardín de mi madre y, como no, también se observan en el césped, a través de la ventana, que da a la ladera de mi frondosa montaña. Corrientes aguas puras cristalinas, árboles que os estáis mirando en ellas, decía el poeta… y yo me extasio en la contemplación de las cristalinas gotitas del amanecer. El efecto del sol en los rocíos es mágico...
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