Entre los calores impropios de la época del año,
la margarita florece, ella se cree en primavera,
luce y se luce al sol de octubre, nace dónde le place,
para alegrar la creación de los pintores
y la sensibilidad de los amantes de la naturaleza.
Y aquí se expone, en plena acera,
donde nadie osa ponerle un pie encima, sólo se paran,
nos paramos, para enmarcar su maravilloso recuerdo…
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