Reconozco que a veces soy un poco nostálgico… Recuerdo mi barrio y el Serrallo, eran los años ochenta y pocos, y presencio detalles de los niños jugando en la plaza y sus extensiones, y alguna madre desde la terraza del piso mandaba la merienda a su hijo atada a una cuerda, me parecía muy cómico… También la visión del Serrallo que, como ya les conté, olía a pescado y de pescado eran los maravillosos montoncitos de la parte de los pescadores, típica la imagen del pescador camino de la barca, con su cubo de plástico y su botella de agua… y alguna pipa a punto.
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