Me gusta ver la playa vacía, o quizá alguna moza que busca en la zona tranquila de las olas, aún tibias, un remanso de paz… Desde mi roca de pensar, observo el mar azul de cielo, con su olor característico, como una mezcla de algas, sal y yodo, o lo que sea, mientras no sea de cremas, linimentos o de otros restos abandonados por la especie humana. Por eso, me encanta ver el mar en invierno, huele a mar, a arena y a agua virgen, sal y sol...
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