Mi barrio parece un pesebre vacío... y uno recuerda a todas sus piezas en su sitio, paisaje nevado con aquella belleza blanca que tanto decora los pesebres. Por lo demás, me encanta imaginar a cada uno en su lugar, gozando de una existencia libre de pandemias, gente de paseo, descansando después del trabajo, todo muy abierto, muy activo, muy fácil para la convivencia pacífica. A ver si nos comportamos, lo reducimos y nos normalizamos de una puñetera vez... y nos abrazamos ya.
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