Recuerdo las olas del océano que baña Tenerife, una ola nerviosa esparcía sus gotas amorosas por entre los afortunados que comíamos en una especie de terraza balcón, ya muy acostumbrada a tanto amor, bello océano, más parecía Pacífico que Atlántico, y en el viaje a la Gomera parecía una balsa de aceite, plácido navegar maravilloso… A veces hay recuerdos que te alivian mucho, los pasados gloriosos que vivimos felices...
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