Recuerdo con especial cariño las de mi hijo, las primeras, las que le dieron en Educación Infantil, en el colegio Sant Pau de Tarragona… me emocioné ante tanto progreso correcto, muy positivo y prometedor. A veces pienso en las entrevistas con la tutora que me contaba que, cuando el niño llegaba a clase, ponía sus ojos en ella y no la soltaba en todo el día, pero a pesar de esa fijación, era muy popular y querido por sus compañeros, de hecho conserva muy buenas amistades del colegio. Qué quieren que les diga, era un niño precioso, y yo... su padre, ¿se nota?
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