El cantante elegido para escuchar hoy ha sido Luis Mariano, un buen cantante con voz que, además de melodiosa, no desmerecería a ningún tenor y, además, era uno de los preferidos de mi padre, junto a Antonio Molina, claro. Violetas imperiales, Granada, Como México no hay dos, Canasto, Mi Buenos Aires querido, Andalucía, alma de España, Maitechu, El ruiseñor y la princesa, Gitana eres aroma de una flor, Doce cascabeles, Valencia, Pisa morena, pisa con garbo, Amapola lindísima amapola, Malagueña de ojos negros… Bien, un buen repertorio que me ha llevado a otros tiempos donde para cantar bien había que tener voz.
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