Hoy, en recuerdo emocionado de mi padre, Antonio Molina... cuando lo escuchaba, parecía elevarse en los altares musicales de lo sublime. ¡Va por ti papá!: Soy minero, El pescador de coplas, Cocinero, cocinero, Eres la novia del mar, Una paloma blanca, La fuente del avellano, Tengo un barquito de vela, Como quieres que te quiera, Más blanca que los luceros, Camino verde, Tengo un belén en mi casa, Barcelona, Barcelona, La hija de Juan Simón, Adiós mi España querida, Mujer madrileña… Bien, todo un placer, no soy mucho de flamenco, pero a mí padre le gustaban mucho, sobretodo él y otro que se llamaba Angelillo.
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