Noto en falta mi vista panorámica,
allá en la roca, cerca del acantilado.
Siento nostalgia de mis charlas con el mar,
con el único límite del horizonte
y el adorno aromático de las rosas blancas de espuma
que flotan suaves por las olas tranquilas…
Tengo necesidad de oler a sal,
de escuchar el cansino movimiento de las olas,
de ver al poeta meditar por la arena, en la playa vacía,
que es cuando se escuchan las voces de los amores tímidos
que se durmieron en sus silencios, emocionados…
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