Llueve fino, suave, sin prisa pero sin pausa, todo el santo día, agua de aquella que penetra en la tierra, para quedarse y hacer el bien… auguro muy buenas cosechas de frutos secos, almendras y avellanas, y también la viña puede tener un buen año. Ya sé que nunca llueve a gusto de todos pero, al menos, ésta que cae ahora es de las que se agradece y hace muy feliz a los sufridos agricultores. Lástima de un paseo por la playa, con paraguas a dos…
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