Cuando yo iba a la escuela de pequeño, en mi pueblo, con Don Santiago Candela, mi muy recordado maestro, los sábados hacíamos zafarrancho, o sea que limpiábamos toda la clase a conciencia. Aún recuerdo que el suelo lo hacíamos con serrín, que mojábamos un poco, y a mí me gustaba el olor que hacía, luego preparábamos la !eche de la ayuda americana para acabar recitando poemas que habíamos preparado durante la semana, para sorprender…
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