Una música, un espacio, un aroma, quizá un verano...
aunque el tiempo carecía de importancia,
un café y la luna cerca, y un verso y un rosal de cobijo,
y las olas del mar, siempre tan insinuantes ellas,
celebrando los augurios propicios de todas mis mejores intenciones.
Aquella sensación de plenitud, el placer de los pasos en la arena,
la suave caricia de tu mano, tu silencio amigo, tu presencia grata,
y un sol que nos acerca al bar de los poetas,
porque lo nuestro es poesía pura…
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