Un acantilado sin flor, con fondo marino azul,
espejo del cielo y brisa música que interpretan las olas,
rítmica soledad, donde el alma se serena.
Algún pajarillo encuentra seguridad en los vacíos inaccesibles
y se cobija en las rocas, más allá de los miedos agresores.
Solitario pensador que meditas en la roca libre,
entre la sal de los suspiros de un mar que olvidó el verano…
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