las olas chocan con las rocas
y los chasquidos espumosos
son interpretables.
El mar tiene sus ruidos,
que el viento acelera
y las sirenas suavizan,
ruido señorial de las ballenas,
con su surtidor espectacular,
baile de delfines...
tecleando desafinadas humedades.
El mar brama y se calma,
y por él pasean los sueños,
que no se culminaron,
son esperanzas perdidas o ilusionadas,
buscando mejor suerte...
en el próximo verano azul al sol.
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