Y al abrir los ojos, vi a mi mujer y a mi hijo, y al resto de la familia espléndidamente bien representada, y tomé conciencia del regreso, y aprecié el suelo lleno de cielo, y nuestras sonrisas sonaron a músicas con aroma de rosas blancas… y, después, te medio duermes, y piensas en todos, con todas sus virtudes, y te entra una sensación de felicidad reparadora...
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