Quiere llover, lo azul está recubierto de unas nubes blancas que van oscureciendo, hay paz y calma, los niños ya están en la escuela, también silencio por sus alrededores, sólo el estruendo cansino de la máquina infernal de las obras cercanas, perturba la paz de la aldea, como diría el poeta, la paz y tranquilidad de mi barrio, digo yo. La mañanita es buena para dormir o, en su defecto, para quedarse en casa y observar por la ventana cómo se mueve el mundo, cómo se pasa la vida, rápidamente, a toda prisa...
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