En el alma del poeta siempre hay una esperanza de concordia, de afinidad, de proclama de la belleza del encanto, aquel más natural… El poeta escruta en los ojos de la buena fe, ve en los espacios vírgenes, en las sonrisas limpias del corazón, en los rocíos de las mañanas del otoño más avanzado. El poeta llora los despropósitos, se lamenta con el desamor porque la vida pierde sentido, el poeta… es un todo de emociones.
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