diumenge, 29 de novembre del 2020

Calor humano


Desde la ventana se oye el tecleo de la lluvia, viento racheado que la columpia, que la ladea fácil… Se escucha la tormenta, el ruido con el que rueda la ronca tempestad, decía el poeta. Medito con pena, reparo en los sin techo, o en la precariedad de los hogares sin condiciones. Me siento triste, abriría mi puerta y mis brazos a cualquier desahuciado, le daría mi mesa y un poco de proximidad, de calor humano y racional...

 

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