La parejita tiene menos de dieciocho años, están muy acaramelados, el parece un pulpo y ella le dice que pare, pero al parar la "pulpa" es ella, es aquello del tócame Roque o, como lo explicaba mi padre, de las tribulaciones de la espada por entrar en la vaina. A mí me encanta verlos, me recuerdan los años mozos donde se empiezan las vidas y los sueños... y es ella o nadie y el mundo se te cae encima o todo es auténtico y realmente maravilloso. Alguno puede pensar que soy un viejo verde, yo le diría que sólo "verde", pero de viejo nada...
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