Recuerdo aquellos tiempos de la adolescencia en los que me enamoraba con frecuencia y, a veces, incluso tenía en mi mente dos o tres y más presencias que parecían convivir con una cierta comodidad. Y yo me pregunto ahora, que no entonces, qué tendrá el amor primaveral que se presenta a ráfagas y te deja lelo e indefinido y, ya saben, con cara de cordero muy y muy degollado...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada