Y al cerrar los ojos me presenció en mi clase mi maestro querido, Don Santiago Candela, le propone a mi madre presentarme al examen de ingreso al bachillerato, él me prepararía y el examen tendría lugar en el instituto Joaquín Bau de Tortosa. Era aquello de la división con cuatro cifras, con la prueba claro, y un dictado con un máximo de tres faltas de ortografía, más algunas preguntas de cultura general. Bellos recuerdos...
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