Me hablaron de ella, de aquella y de la otra,
me contaron de beldades y simpatías,
de ojos de esmeralda y de sonrisas...
que navegaban por las aguamarinas de la dulzura.
Sí, parece ser que siempre han existido...
los "arregla-vidas", los trotaconventos,
los intermediarios, tan sentimentales ellos,
aunque siempre he pensado que pierden el tiempo.
El amor no llega a través de los mensajes,
más o menos perfumados, brota de los corazones
...que están bien abonados para tal menester.
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