Cambio los remos de mi barquita,
me asocio con el hado que calma los vientos,
la flotadora se desliza como una hoja...
comandada por los suspiros que le inspira mi amada.
Es una paz con sol en pura despedida,
dejando suaves azules teñidos de tibios rojos.
No saltan ni las listas, no vuelan los pájaros,
lejos, los flamencos se ven como una mancha blanca,
por los juncos no se ven las gallinas de agua…
Si cuelgo los remos, se proclama el silencio,
estalla todo el esplendor de la paz…
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