Nunca dejé de correr,
de estar, de persistir.
Jamás me alejé
...del escenario,
ni me extinguí,
ni me evaporé,
pese a que mis ojos
viajaban solos
...y a la deriva,
por la inmensidad
de la arboleda indefinida.
Siempre estaba allí,
en falsa casualidad,
siempre quise estar,
y aún estoy aquí,
ahora contigo,
inmensamente feliz.
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