De la balsa salen dos chorros de agua, potentes, ruidosos, y a mí me atrae siempre el agua corriente. Voy a verlo de cerca, el ambiente es muy frío, observo que, a los lados de los chorros, hay una especie de racimos de uvas, que son de hielo, claro, y que tienen una belleza plástica muy interesante. Como siempre, pongo la mano en el agua, aunque esta vez, casi me arrepiento...
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