Voy despacio, son las siete de la tarde, ya es de noche, alguna ligera luz navideña, de esas que no gastan y que tampoco alumbran mucho, voy al centro del pueblo, a las Cuatro Calles, y luego sigo para arriba, y voy recordando... aquí había un cine y al lado una tasca donde hacían unas tapas excelentes, y enfrente un bar, y aquí una tienda de cosas artesanas, y un poco más allá una gasolinera, y ya más arriba una carpintería, y otro cine… Ahora hay otras cosas, algunas mejoradas, bares modernos, los cines han desaparecido, en Deltebre no hay cines, pero hay espacios muy acogedores, buenos sitios para comer, a nivel de los mejores, y tenemos río y mar, a cual mejor… Deltebre es mágico, único.
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