Pareja de jóvenes otoñales con dos hijos adolescentes, el padre va con la niña cogida de la mano y, unos pasos detrás, la madre con el niño, que le passa un palmo y sin cogerse de la mano, supongo que al niño ya le da algún reparo, por aquello del qué dirán. Y a mi se me ocurre pensar en los complejos de Edipo y Electra, aquellos que creo que manifiestan que la niña se identifica mejor con el padre y el niño con la madre. Bien, la escena era muy edificante, platicaban tranquilamente, serenos, pausados, felices…
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