En el pueblo se viven situaciones fascinantes… Uno se encuentra con sus posibles novias, aquellas que te acogieron bien y te consideraban un buen partido, aquellas que pensaban que eras poco o como un mal menor, o incluso aquellas que ni llegaron a considerarte, quizá sin enterarse que tampoco a mí me decían nada. Bien, es curioso y me entra, en cada caso, una sensación diferente… extrema gratitud a quien pudo quererme y mis respetos a quien dudó e incluso para quien no me consideró para sus apetencias. El caso es que me alegro de verlas...
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