Qué tendrá el aroma del café que sabe a paz, que proclama proximidad, que suena a consenso. Normalmente siempre hay alguien estimado al otro lado del café, y el café fue el enlace cómplice, como un avance propicio para alguna solución básica. Y en el hogar, ya en la paz familiar, la alegría de la madre, de la esposa y, a veces, la mía sale de la cocina en forma del café de buenos días, café con amor, con amor y sonrisa.
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