La gente se conducía con tintes educados, quizá incluso no parecían naturales, era lo correcto, lo establecido, como el buen vestir, tal como vas te tratan, solían decir nuestros mayores, el traje tenía sus momentos más habituales que ahora, con corbata, e incluso ir en mangas de camisa no era bien visto en según qué ambientes. Si, uno recuerda, el servir la bebida, el poner el abrigo, el preparar o retirar la silla, la utilización de los pronombres personales de cortesía… Eran otros tiempos, aunque siempre he pensado que la buena educación no tiene tiempos.
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