Reconozco que me costó hablar en público, eliminar los tonos altos, incluso el pontificar una seguridad que no tenía. Con el tiempo aprendes las técnicas y te sientes satisfecho o frustrado en función de si has podido expresar o no lo que te habías propuesto. También la experiencia te enseña a callar y a escuchar en los momentos oportunos. A veces, una palabra a tiempo es vital, otras regalar un silencio es una bendición. Uno va pasando por las etapas de su vida y va madurando sus haceres...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada